El proceso de producción comienza con la preparación del horno o calera, un horno doméstico dividido en dos secciones: una cámara inferior llamada hornilla, donde se genera el fuego, y una sección superior donde se coloca la piedra de cal. Antes de comenzar una nueva hornada, es esencial limpiar la hornilla de cualquier residuo de cocciones anteriores. Luego, el interior del horno se recubre con barro para sellar grietas y asegurar que el calor no escape durante el proceso de calcinación. Esta capa de barro, una vez cocida, actúa como una olla que ayuda a mantener el calor dentro del horno, asegurando una cocción uniforme de la piedra de cal.