La producción de cal fue una actividad económica vital en Fuerteventura durante gran parte del siglo XX. En su apogeo, en 1964, la isla llegó a exportar más de 74,000 toneladas de cal, lo cual indica la magnitud de esta industria. La cal era utilizada en la construcción de edificios y en otras aplicaciones industriales, convirtiéndose en un recurso esencial para la economía local. Actualmente, más de trescientas estructuras de mampostería en forma de torres troncocónicas, conocidas como hornos de cal, están diseminadas por la isla. Estos hornos, hoy abandonados, representan un patrimonio histórico y cultural de una actividad que fue muy significativa hasta hace pocas décadas.